En todas las elecciones sin importar ciudad, estado o país, los falsos mesías aparecen de la nada, con promesas que no van a cumplir y que solo buscan engañar al votante, para seguir aferrados al hueso, al fuero, al dinero y al poder. Pero una vez, que estas se terminan, desaparecen y se evaporan como el agua de la zona sur de Tamaulipas.
Y es en el sur en donde Miguel Gómez Orta, intentó seducir a los votantes mediante hipócritas muestras de interés hacia el pueblo, queriendo lucrar con la crisis hídrica que se vive en el sur del estado. Pero su altruismo y supuesto amor por los altamirenses, le duró solo hasta el domingo 2 de junio, cuando se supo aplastado en urnas por Armando Martínez Manríquez el candidato de MORENA. Después de eso, ni él ni los empresarios que hasta andaban regalando el agua de sus albercas, se les ha visto el polvo, demostrando que sus intenciones solo eran para obtener el poder.
La crisis hídrica en Tamaulipas es una emergencia de gran magnitud, con un impacto que se extiende desde los hogares hasta el corazón industrial de la región. Actualmente, 200 colonias están sin agua, 22 industrias han detenido operaciones, y aproximadamente 35,000 empleos están en riesgo debido a la parálisis de la actividad económica. Esta situación ha llevado a la Mesa Ciudadana del Agua a solicitar una declaración de emergencia estatal, una medida que permitiría implementar soluciones críticas como la instalación de plantas desaladoras.
El trasvase de agua desde los ríos El Mante y Tampaón ha resultado insuficiente, ya que los niveles de agua crecen apenas 2 centímetros al día. Luis Apperti Llovet, de la Mesa Ciudadana, ha señalado la urgencia de obtener permisos para que el sector privado pueda contribuir efectivamente al alivio de la crisis. Sin la declaración de emergencia, estas acciones necesarias permanecen bloqueadas, dejando a la región en un estado de incertidumbre y desesperación.
En marcado contraste con las promesas vacías y la inacción de otros, el Dr. Armando Martínez Manríquez, al retomar sus funciones como alcalde, ha puesto en marcha un Plan de Contingencia Municipal para enfrentar la crisis hídrica. Desde el día siguiente de su elección, ha instruido a las dependencias municipales para que colaboren estrechamente con la COMAPA de Altamira, asegurando el suministro de agua a todas las zonas afectadas.
Bajo su liderazgo, diversas áreas del gobierno municipal, incluyendo la Dirección de Tránsito y Desarrollo Económico, están activamente involucradas en el transporte y distribución de agua potable a las colonias y áreas rurales más necesitadas. Este esfuerzo colectivo también cuenta con el apoyo del Gobierno del Estado y la colaboración del sector privado, demostrando una respuesta comunitaria y gubernamental eficaz frente a la adversidad.
Adicionalmente, la Asociación de Industriales del Sur de Tamaulipas (AISTAC) ha contribuido significativamente al facilitar cinco cisternas, cada una con capacidad de 25,000 litros de agua, para ser distribuidas en puntos estratégicos de la ciudad, garantizando así el acceso al agua para miles de residentes. Esta acción no solo alivia la escasez inmediata, sino que también refuerza la confianza en la gestión municipal ante crisis prolongadas.
Mientras tanto, solo nos queda por reflexionar, el agua no es solo un recurso; es la esencia de la vida. Esta crisis hídrica nos recuerda la fragilidad de nuestra existencia y la necesidad imperiosa de gestionar nuestros recursos naturales con sabiduría y responsabilidad. Las acciones de líderes verdaderos siempre irán alineadas a la determinación y la colaboración en pos del bien común en todo tiempo y no solo en época de elecciones.
Sin embargo, la responsabilidad no recae solo en los hombros de nuestros gobernantes. Cada ciudadano tiene un papel que desempeñar en la conservación del agua, desde el uso consciente en nuestros hogares hasta el apoyo a políticas sostenibles.
La crisis de sequía en la zona sur de Tamaulipas es un llamado urgente a la acción, no solo para resolver una emergencia, sino para replantear nuestra relación con el medio ambiente y asegurar que el agua, fuente de nuestra vida, esté disponible para todas las generaciones futuras.