Como si de una ley no escrita se tratara, la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado del Sur de Tamaulipas (Comapa Sur) suele dejar su huella en cada sitio al que acude a reparar por fin, tras múltiples reportes, alguna fuga o falla en su red de tuberías subterráneas.
Y para constatarlo no necesita uno adentrarse a alguna colonia popular o suburbio de Tampico o Ciudad Madero: en sectores incluso de gran movilidad, como es la zona centro de cualquiera de los dos municipios, logra uno encontrar, sin dificultad, el rastro que, con una sola imagen, parece decir “Comapa Sur estuvo aquí”.
Una muestra de ello lo es el tramo de la calle Aduana situado entre las calles Altamira y Álvaro Obregón, del primer cuadro de Tampico, donde el material resultante de excavaciones atraviesa verdaderamente de una acera a otra, y en ambas banquetas, lo mismo que en el área de rodamiento, es posible ver algo semejante al rastro de una “tuza” gigante, o lo que queda en un suelo sondeado por buscadores de tesoros.
Los adoquines, el material terregoso, la cinta restrictiva y los conos naranja, dan cuenta de esa imagen cotidiana que, a lo largo de los años, ha dejado Comapa Sur en la conurbación de Tampico y Madero, una escena que bien podría ser sugerida, aunque fuera de forma irónica, como patrimonio intangible de esta región.