El monumento a Adolfo López Mateos, quien fue presidente de México y cuyo nombre lleva el boulevard que atraviesa medio Tampico pasando por Ciudad Madero, no siempre estuvo donde hoy en día se encuentra.
Originalmente, la estatua a quien los bisabuelos llamaban “Afolfo El Bueno” estuvo en la glorieta del aeropuerto, que es justo donde comienza el bulevar si uno llega a Tampico desde el norte, pero al inicio del siglo y milenio, cuando se construyó el distribuidor vial que está frente a la terminal aérea, lo cambiaron de lugar.
Fue llevado entonces al pie del puente Tampico y bajo el cerro de Andonegui, justo enfrente de donde actualmente está una entrada al Centro de Convenciones, y su basamento estaba conformado por una placa conmemorativa y un relieve a cada lado, todo en metal.
A la fecha, el relieve de la derecha y la placa metálica no existen más: podría decirse que “desaparecieron”, pero lo más seguro es que los hayan robado en alguna etapa de la historia contemporánea, y la pregunta es: ¿no se dio cuenta del hurto la autoridad municipal, o es que fue desee ahí de donde provino la desaparición de ese patrimonio público…?