Cuando la laguna Del Carpintero comenzó a ser rescatada en los años 90, un estanque con crías de saurios se hallaba en la orilla.
En la década del 80 la laguna Del Carpintero tocó fondo en cuanto a contaminación: se convirtió el cuerpo de agua en un auténtico foco de infección, un ejemplo de la falta de salubridad en Tampico y el sur de Tamaulipas, y se hizo urgente su rescate.
Así, entre los años 1990 y 1992 el vaso lacustre empezó a ser objeto de saneamiento, y dicho rescate, apoyado en el patronato que se creó con ese propósito, lo comenzaron a hacer visible con la instalación de un parque al que se llamó “Metropolitano”.
Pero ya desde el año anterior a aquel trienio se inició la creación del parque, que incluía un vivero municipal en la orilla poniente y un mini zoológico, dentro del cual se contaba a un estanque con crías de cocodrilos.
Pasado aquel período, entre los años 1993 y 1995, el zoológico “desapareció” y sólo quedó aquel vivero, además de, por supuesto, el parque Metropolitano, el cual era tan seguro que hasta lanchas de pedales había ahí para la recreación de los paseantes.
Pero, a partir de aquellos años, no pasó mucho tiempo antes de que se volviera a saber de los especímenes de saurio que hubo en la orilla de la laguna cuando estaban el estanque y el pequeño zoológico: los cocodrilos tenían ya una talla enorme.
Sin embargo, no se habían aún reproducido, y siendo tan pocos (acaso una pareja, o un par de ellas) y el manto acuífero tan extenso, la memoria colectiva dio entonces por un hecho que era solamente un cocodrilo cada vez que avistaba a algún ejemplar, y hasta nombre le puso.
“Juancho”, llamaron a aquella imagen que mostraban desde una lancha con fondo de cristal cada vez que ese navío turístico pasaba a un lado de un ejemplar, y unos años después, cerca ya del siglo 21, la población del sur de Tamaulipas supo que no era uno, sino toda una “colonia” de cocodrilos.
Y entonces fue oficial: la laguna estaba ya sobrepoblada, de modo que entre los años 2002 y 2004, cuando se puso en marcha la construcción del paseo Canal de la Cortadura, el ayuntamiento de Tampico auspició un censo de cocodrilos en el cuerpo hídrico.
Tanta fama cobraron a nivel nacional y mundial los “cocos”, que el asunto mereció la atención del personaje de TV, estrella del canal “Animal Planet”, Steve Erwin, “El Cazador de Cocodrilos”, quien estuvo por ello de visita en Tampico por aquel mismo período.
El gobierno municipal estableció entonces un “mirador” de cocodrilos en la zona norte del Perimetral, y casi una década más tarde hubo hasta un hombre, habitante del otro lado de ese bulevar, que empezó a internarse hasta el reservorio con el único fin de alimentar de pollo, sin que tal cosa haya sido jamás necesaria, a los reptiles.
El tema de la sobrepoblación de la especie en El Carpintero dejó de parecer gracioso y pasó de ser una curiosidad local a un peligro real cuando, poco antes de la actual década, los saurios cobraron su primera víctima en el cuerpo de un hombre mal de sus facultades mentales que atravesó la valla y se metió a nadar.
Desde entonces, al menos otras 5 personas, una de ellas mujer, han sido atacadas exactamente en las mismas circunstancias por un ejemplar de cocodrilo, y sólo una de ellas ha sobrevivido a esa clase de ataque tras entrar a la laguna.
Eso sí: desde el inicio del actual milenio se convirtió en noticia frecuente el avistamiento de cocodrilos afuera de su hábitat: de uno u otro lado del Perimetral, o bien en colonias cercanas tanto al oriente como hacia el poniente de la Laguna del Carpintero.